Este hermoso sábado de Octubre. Nos visitó un amigazo de Santiago del Estero, Gerardo, Nos contacto por la web y antes de darse cuenta ya estaba entre nosotros remando nuestro querido río. Llego temprano al club acompañado de su hermano, cuñado y un pequeño “atropellado”(que aclaró que por sus pagos, le dicen cabrito). Nos presentamos, acomodamos, organizamos el asadito de la noche y le metimos pala río arriba, mientras contaba de sus experiencias en su querido Santiago; De la poco agua del río Salado, de su trabajo en el campo y de sus ansias por remar el Gran Paraná. Sin mucho averiguar se notaba su simpleza y buena gente que cargaba consigo. Nos fuimos dejando llevar por las charlas y cuando acordamos, ya estábamos en el “remanso del cura”; Paramos cerca a tomar unos mates y estirar las piernas un poco. Al entrar al arroyo las conchas nos encontramos con Leo y su infaltable asadito al hombro. Cargamos todo y seguimos remando hasta encontrar un lugar lindo para encender un fueguito. Así pasamos el día, entre mates, pesca, fotos y surtidas anécdotas. Se nos terminaba el día, mientras remamos al islote municipal, a charlar un rato con la gente de la costa. Llegamos al club y ya teníamos el fueguito esperando el cabrito. Un rato más tarde llegó la familia a terminar de compartir el excelente día que pasamos. Bienvenido chango!
sábado, 11 de octubre de 2008
Santiagueño con los kayicidas
Este hermoso sábado de Octubre. Nos visitó un amigazo de Santiago del Estero, Gerardo, Nos contacto por la web y antes de darse cuenta ya estaba entre nosotros remando nuestro querido río. Llego temprano al club acompañado de su hermano, cuñado y un pequeño “atropellado”(que aclaró que por sus pagos, le dicen cabrito). Nos presentamos, acomodamos, organizamos el asadito de la noche y le metimos pala río arriba, mientras contaba de sus experiencias en su querido Santiago; De la poco agua del río Salado, de su trabajo en el campo y de sus ansias por remar el Gran Paraná. Sin mucho averiguar se notaba su simpleza y buena gente que cargaba consigo. Nos fuimos dejando llevar por las charlas y cuando acordamos, ya estábamos en el “remanso del cura”; Paramos cerca a tomar unos mates y estirar las piernas un poco. Al entrar al arroyo las conchas nos encontramos con Leo y su infaltable asadito al hombro. Cargamos todo y seguimos remando hasta encontrar un lugar lindo para encender un fueguito. Así pasamos el día, entre mates, pesca, fotos y surtidas anécdotas. Se nos terminaba el día, mientras remamos al islote municipal, a charlar un rato con la gente de la costa. Llegamos al club y ya teníamos el fueguito esperando el cabrito. Un rato más tarde llegó la familia a terminar de compartir el excelente día que pasamos. Bienvenido chango!
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1 comentario:
Muy linda salida che. Veo que Leo sigue en forma jaja , ahora falta Gustavo.Un abrazo grande. Diego.-
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