sábado, 1 de diciembre de 2007

Islas

Salimos a las 9:30 con rumbo a la isla, pensando que nuestra perseverancia traería buenos resultados, en kayaks y una piragua. Pintaba un día muy calmo, un río estacionario en 2,85 mts. y una brisa que acompañaba la buena onda de siempre y las ansias de llegar y encontrarnos con cosas nuevas. En una hora ya nos topábamos con la entrada al riacho “Miní”, nos despedimos de nuestro amigazo Daniel Reyna del Raigón Santafesino que nos acompaño un tramo y arremetimos el riacho con muchas ganas. Lugo de unos minutos estábamos remando sobre una alfombra de repollitos muy espesa, (cual remada sobre la arena). Remamos varios metros y nos detuvimos a tomar unos mates y reagruparnos bajo los últimos sauces que veríamos en esta isla plagada de los hermosos árboles Timbó. Al cabo de un rato estábamos todos y seguimos viaje. Ingresamos en riachos taponados de densos repollitos, gallitos de agua, garzas, camarones, palometas y sábalos. Recorrimos la laguna pescamos un poco, comimos asadito frío de la noche anterior con su respectivo liquido acompañante, prendimos el fuego para unos chorilos y cerramos el recorrido con una linda mateada a la sombra de un Timbó. Emprendimos el retorno mirando como se venia formando la tormenta en el horizonte, la que no permitió que cruzáramos el Paraná. Por suerte nos encontrábamos sobre la ruta 168, lo que nos facilitó seguir el camino por tierra.

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